Impacto socieducativo de las TIC

IMPACTO SOCIOEDUCATIVO DE LAS TIC

La actividad educativa se ha ido modificando a medida que la historia de la humanidad ha atravesado por diferentes estadios sociales, ya que la misma responde a perpetuar el poder estatal, –toda educación lleva implícita en sí misma la intencionalidad como elemento constituyente- y por ende su componente político e ideológico varía de acuerdo con la época histórica y el régimen político de cada sociedad.

De esta manera podemos encontrar diferentes definiciones de educación, -de acuerdo con las visiones de época- que van desde las aristotélicas, que veían la educación como un medio de estructuración y ordenación de la sociedad, hasta las contemporáneas. De modo que resulta entonces crucial, debido a las múltiples definiciones que se encuentran del concepto, declarar que el autor asume como educación la definición martiana que plantea:  "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo al nivel de su tiempo, para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es prepara al hombre para la vida."

Los profundos cambios en la tecnología, la política y la filosofía que han caracterizado el siglo XX han dejado también su huella en la educación, modificando patrones y estableciendo tendencias disímiles. 

De todo esto lo que resulta más importante en esta nueva centuria es la necesidad de medir el impacto que las nuevas TIC tienen y tendrán en la educación. En un mundo que se encamina cada vez más a la sociedad virtual, la educación por mucho que los reacios al cambio no quieran aceptarlo, debe y tiene que sufrir también necesarias modificaciones.

En la actualidad, existen algunos elementos que son necesarios tener en cuenta, como es el caso de hasta qué punto las nuevas tecnologías tributan a la formación de objetivos y finalidades sociales, o si es solamente un fenómeno tecnológico.

Esta cuestión es de vital importancia, que toda actividad educativa lleva intrínseco una intencionalidad sistémica enfocada a un fin, y debe cumplir con una serie de funciones gnoseológicas,  axiológicas, etc., que  hasta ahora se han visto garantizadas por la actividad rectora del profesor, y de la institución.

Pero cómo quedaría enfocado este problema teniendo en cuenta la tendencia a virtualizar la educación que cada día se impone con más fuerza. 

Es importante identificar  que las TIC han surgido fuera del plano educacional y luego se han incorporado a éste, muchas veces sin haber esclarecido previamente los problemas reales que podrían resolver, por lo cual tiende a veces a confundir el hecho de que la introducción de las nuevas tecnologías en el contexto educativo es, ante todo, un fenómeno tecnológico con la creencia de que es sólo un fenómeno tecnológico, lo cual seria otorgarle un carácter efímero que entraría en rápida contradicción con las tendencias del desarrollo actual.

De lo anterior se desprenden varios aspectos que repercuten negativamente en los objetivos y finalidades sociales de la educación, como es el caso de tomar la tecnología como un fin y no como un medio; pretender la sustitución de la labor -formativa- del docente; la mala selección de la basta información que ha desencadenado la red Internet, o el alud excesivo de bibliografía complementaria que se orienta contribuyen a enajenar al estudiante, desvirtuándolo así del proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Se puede entonces  garantizar que con la introducción de las TIC la educación mantenga su función social?
Desde un punto de vista personal, considero que hay que garantizar los siguientes aspectos:

  Acompañamiento del estudiante continuo y permanente por parte docente a través de las herramientas de comunicación (chat, correo, foro).
‐ Motivación por parte del docente  para que el estudiante  aproveche al máximo el TIE (Trabajo Independiente del Estudiante).
‐ Estrategias de innovación didáctica (técnica) como elementos pedagógicos acordes con las tecnologías de la información y comunicación.
‐ Nuevos modelos de evaluación que den espacio al constructivismo, al aprendizaje colaborativo a través de herramientas de autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.
‐ No olvidar que el fin no es la tecnología, ésta es solo un medio para cumplir la función social de la educación.

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